Micaela Domínguez Prost y Enzo Domínguez Prost continúan diseccionando la discografía de la banda
La música de Tan Biónica es pegadiza y popera, con melodías reconocibles y armonías simples pero efectivas. Sus primeros años fueron más rockeros e incluían guitarras distorsionadas, ritmos rápidos y una voz que por momentos desafinaba para ensuciar las palabras. La banda asentó su identidad con «Obsesionario», donde puede notarse un sonido mucho más limpio que incorporó, sin dejar las guitarras eléctricas, lo que a partir de ese momento sería uno de sus recursos característicos: teclados, sintetizadores y baterías electrónicas en un estilo «electro-pop» que se reforzaría aún más en su siguiente disco. Para los haters: canciones en apariencia livianas y felices que convierten a quienes las escuchan en seres superficiales y huecos.
Spotify ofrece métricas específicas para cada canción. Una de las variables que ofrece, Valence, toma valores entre 0 y 1 dependiendo de la positividad de una canción en términos musicales, es decir, sin considerar la letra. Un valence cercano a cero remite a sentimientos de tristeza, enojo o depresión, mientras que valores cercanos a uno expresan alegría, euforia y felicidad.
Figura 1: Positividad en las canciones de Tan Biónica, por disco

Mediante un sistema de consulta de información (una API), se observa que en la discografía de Tan biónica el Valence (en otras palabras, las emociones positivas) aumenta durante las horas sin luz, llegando a su pico en la madrugada. Cuando el sol termina de aparecer, el Valence disminuye. «Odiabas el amanecer/Y yo también».
Figura 2: Positividad promedio en canciones con referencias momentos del día

Los días de la semana que menor Valence tienen son los que anteceden y siguen a las jornadas en las que se concentran la mayoría de las actividades nocturnas: jueves, domingos y lunes. «Cuando el frío no enfríe tanto/los domingos y jueves de espanto”.
Figura 3: Positividad promedio en canciones con referencias a días de la semana

Como era de esperarse, viernes y sábado están entre los días de mayor Valence. Pero hay algo más: los códigos disponibles para analizar letras no funcionan con aquellas en español, por lo que una máquina no puede decirnos si melodías más tristes tienen también palabras deprimentes. Pero no hay problema, nosotros las sabemos de memoria y conocemos ese extraño estado de contradicción que nos genera bailar mientras pronunciamos versos sobre la angustia, la ausencia y la desolación. «Ya me ganó la depresión por knock out/ Y las noches de insomnio violentas, me quieren matar». Según la variable Valence, la canción más positiva de Tan Biónica es «La depresión», demostrando la violencia del desfase entre el ritmo y el contenido.
En la mayoría de los casos se da un contraste que produce el mismo efecto que alguna vez generó Chano: en la superficie vemos las luces, el color y el ruido. Si se presta un poco de atención, si se escarba, aparecen la oscuridad y el silencio. A la eterna batalla entre la noche y el día, el frío y el calor, el fin de semana y el resto de los días se suma la pulseada interna de un compositor que lleva años contando sus tragedias en canciones que se pasan en boliches llenos de bolas de espejos.

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